Un hallazgo histórico. Lo que muchos científicos estuvieron buscando para confirmar sus teorías de la evolución del hombre se dio a conocer ayer martes como "El Santo Grial de la Evolución Humana".
Un resto fósil de un simio de 47 millones de años correspondería a la estructura ósea de una especie de mono que seria parte del ansiado eslabón perdido que tanto se andaba buscando y que le faltaba en la evolución humana.
La llamada "Ida" y oficialmente conocida como Darwinius, muestra de forma clara pulgares oponibles como los seres humanos, complementada con uñas en vez de garras.
Un grupo de cazadores aficionados descubrieron el fósil que está en un casi perfecto estado dentro de una milla de ancho en un cráter fuera de Frankfurt en 1983. Expertos creen que la fosa fue una caldera volcánica donde decenas de animales de la época Eoceno fueron muertos y sus restos se mantuvieron muy bien conservados, razón por la que ahora se pueden distinguir con poco esfuerzo características que relacionan al puente hombre-primate.
Además de esto, los científicos dicen que el tamaño de las patas traseras del animal muestra evidencias de los cambios evolutivos que llevaron a los primates a pararse en dos patas. "Este descubrimiento es como encontrar el Arca Perdida de los arqueólogos," dijo el científico Jorn Hurum en una ceremonia en el Museo Americano de Historia Natural.
Un resto fósil de un simio de 47 millones de años correspondería a la estructura ósea de una especie de mono que seria parte del ansiado eslabón perdido que tanto se andaba buscando y que le faltaba en la evolución humana.
La llamada "Ida" y oficialmente conocida como Darwinius, muestra de forma clara pulgares oponibles como los seres humanos, complementada con uñas en vez de garras.
Un grupo de cazadores aficionados descubrieron el fósil que está en un casi perfecto estado dentro de una milla de ancho en un cráter fuera de Frankfurt en 1983. Expertos creen que la fosa fue una caldera volcánica donde decenas de animales de la época Eoceno fueron muertos y sus restos se mantuvieron muy bien conservados, razón por la que ahora se pueden distinguir con poco esfuerzo características que relacionan al puente hombre-primate.
Además de esto, los científicos dicen que el tamaño de las patas traseras del animal muestra evidencias de los cambios evolutivos que llevaron a los primates a pararse en dos patas. "Este descubrimiento es como encontrar el Arca Perdida de los arqueólogos," dijo el científico Jorn Hurum en una ceremonia en el Museo Americano de Historia Natural.
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