El buque de investigación oceanográfica Las Palmas regresó hoy a su base de Cartagena, después de seis meses en la Antártida donde participó en tres proyectos científicos relacionados con el cambio climático y proporcionó apoyo logístico a las dos bases españolas del continente helado, la Juan Carlos I y la Gabriel de Castilla.
Familiares y amigos recibieron en el Arsenal de Cartagena a los 36 tripulantes del buque militar, que partió el siete de octubre con la misión de transportar víveres, combustible, material científico y hacer de "autobús marino" para el personal investigador de las bases españolas en la Antártida, explicó el capitán de corbeta al mando del Las Palmas, Carlos Arenas de Bedmar.
La décimo primera campaña antártica en la que participa el barco se desarrollo "fantásticamente", según Arenas quien resaltó no obstante las dificultades encontradas para abrir y cerrar las bases científicas como cada verano austral.
Arenas señaló en este sentido que este año se enfrentaron a una placa de hielo muy importante en la Antártida y tardaron cerca de tres semanas en abrir las bases, cuando normalmente se hacía en tres días "ha sido mucho más dura la apertura y cierre provocadas por el mal tiempo".
Además de prestar apoyo logístico, el Las Palmas participó en tres proyectos científicos vinculados al cambio climático; uno de la Universidad de Cádiz sobre la corriente que circunnavega el continente helado y regula el resto de corrientes marinas, otro sobre las poblaciones de pingüinos que lleva a cabo el centro del l Consejo Nacional de Investigaciones Científicas de Almería y un tercero relacionado con el movimiento de la placa tectónica de la Antártida.
Arenas destacó la visita que el barco hizo a las pingüineras donde los científicos tomaron muestras de sangre de los animales, "algo muy llamativo, con vistas muy espectaculares y colonias inmensas de pingüinos, focas y leones marinos".
El buque oceanográfico Las Palmas tiene 41 metros de eslora, 11 de manga y 6 de calado, es capaz de desplazar mil quinientas toneladas y su autonomía le permite navegar siete mil millas náuticas a una velocidad de diez nudos así como transportar 110 toneladas de agua potable.
El barco está bajo el mando directo del almirante de Acción Marítima, Juan Carlos Muñoz-Delgado, y colabora cada año con las campañas científicas financiadas por el ministerio de Educación, junto al buque de investigación oceanográfica Hespérides que también tiene su base en el Arsenal de Cartagena.
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